martes, 27 de noviembre de 2012

PELIGRO "Virus Naamanaita"

        Sobre el año 850 a.C. reinaba en Israel Joram, mientras más al sur, sobre las tierras sirias, lo hacía en Damasco el rey Ben-Adab I.
        Las fuerzas sirias asolaban, sembrando la devastación, el expolio y la muerte, al pueblo de Israel. Entre los más reconocidos generales sirios se encontraba Naamán, de él se dice en la Biblia:

"Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso" (2ºReyes 5.1) 

         Aun encontrándose en lo más alto posible de estatus social, estaba condenado a muerte por una de la enfermedades más denigrnates y temidas de la época: la lepra.
        Nos narra el texto bíblico cómo llegó a ser sanado de esta enfermedad y, de paso podemos aprender que, además de este problema físico, se encontraba aquejado de un mal mucho más grave, lo que he venido a señalar como el "Virus Naamanita", que no es otra cosa que el deseo de usurpar el lugar de Dios en su vida, algo inhato a la naturaleza humana.
        Este mismo problema es el que da origen a la caída de Adán en el Edén, el deseo de ser como Dios, el de usurpar su papel como legislador y decidir entre qué es el bien y cuál el mal.
        La cuestión es que esta "enfermedad" es mortal, contagiosa y endémica, trajo la muerte en Edén y nos acompaña hasta el día de hoy.
        Haremos bien en ver si en nuestras vidas se manifiestan algunos de sus síntomas para poder actuar en consecuencia; os propongo que, analizando el texto biblico, podrían ser los siguientes:
  • La sabiduría humana: tomando decisiones sin Dios.
  • La obediencia condicional: no tomando las decisiones de Dios.
  • La hermenéutica liberal: malinterpretando las decisiones de Dios.
        Este trío de síntomas van a poner de manifiesto el deseo de usurpar el lugar de Dios, que, inevitablemente, trae consigo consecuencias devastadoras para el ser humano; aunque en cada caso contamos con la provisión de Dios para ser "sanados".
        Puedes profundizar en esta reflexión de forma más ámplia, llegando a considerar como en Naamán se produjo una auténtica metamorfosis en su salud física y espiritual, accediendo a los archivos siguientes:

  • Notas completas de la reflexión en Word.
  • Presentación en Ppoint.
  • Audio (los cinco primeros minutos los podeis pasar, ya que son anuncios particulares de la iglesia local)

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